Pelayo, reunió a los cristianos que huían de los musulmanes y los condujo al triunfo en una batalla cerca de unas cuevas de la montaña a las que llamaron a partir de aquel momento Cova Domini (cueva del Señor), de donde se derivó Covadonga (año 722). La Reconquista culmina con la conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492.
El pueblo español concibió la Reconquista de su territorio como una verdadera Cruzada que desde muy temprano relacionó con ayuda sobrenatural milagrosa, llegada a través de la intercesión del Apóstol Santiago, cuyo sepulcro habría sido descubierto en el 812 u 814, gracias a una estrella que aparecía sobre un lugar cercano a la aldea de San Fiz.
Don Pelayo fundó el reino de Asturias. En el siglo X abarcaba todo el noroeste de la Península hasta el Duero (Galicia, Asturias, León y parte de Castilla; la corte se trasladó de Oviedo a León. En el siglo XI se independizó el condado de Castilla. Entre 1157 y 1230 se consolidan dos reinos independientes que Fernando III, el Santo, logró unir. Los principales hitos de la reconquista castellano-leonesa fueron la conquista de Toledo en 1085 que logra Alfonso VI; la batalla de las Navas de Tolosa que gana Alfonso VIII en 1212 contra los almohades; la conquista de Córdoba en 1236, Murcia en 1241 y Sevilla en 1248.
Portugal en sus orígenes fue un condado, creado por Alfonso VI, como feudatario de Castilla; se independizó en 1143 y Alfonso Enríquez, tras una brillante victoria sobre los almorávides, se hizo coronar como "Rex portugalensium" y lo declaró reino independiente. En 1148 conquistó Lisboa, en 1165 cayó Évora. Sus sucesores extendieron sus territorios hacia el sur, llegando hasta el Algarve. Entre 1279 y 1325 reinó en Portugal un monarca excepcionalmente capaz y sensible, don Dionís.
Otros núcleos de resistencia dieron origen a los reinos de Navarra y Aragón, que, juntamente con el Condado de Barcelona, recibieron gran influencia de Provenza y del condado de Tolosa. En el siglo XII, bajo el gobierno de Alfonso I el Batallador, Aragón absorbió a Navarra. Poco después, gracias al matrimonio de la reina Petronila con el Conde de Barcelona, D. Ramón Berenguer IV, se unía el Reino de Aragón con el Condado de Barcelona. En 1229, Jaime I conquistó la capital de Mallorca en las Baleares; las otras dos islas, Ibiza y Menorca fueron ocupadas entre 1235 y fines del siglo. Catalanes y aragoneses conquistaron Valencia en 1238. Desde 1282, Pedro III de Aragón se apoderaba de Sicilia.
De todos estos reinos cristianos, el más poderoso es el castellano-leonés, cuyos mo-narcas se titulan reyes de Castilla, León, Toledo, Galicia, Sevilla, Córdoba, Jaén, Murcia, el Algarve y Algeciras y señores de Vizcaya y Molina.
Incluso más de alguno se considerará emperador. La sucesión por vía hereditaria que lentamente se impuso, dio estabilidad a las monarquías. Los reyes se consideraban "vicarios de Dios".
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