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Historia de lengua española

1. LITERATURA HISPANOLATINA
Nos limitaremos a entregar una síntesis del desarrollo literario durante la ocupación romana de la Península Ibérica. No nos detendremos en dicha literatura porque los escritores nacidos en Iberia escribieron en latín. Sin embargo, no los podemos desconocer por la importancia de estos autores.

Uno de los más prestigiosos retórico y orador insigne, fue M. Anneo Séneca (Córdoba, 54 a.C. - 39 d.C). Escribió diez libros de Controversiae. De él desciende una familia de oradores y retóricos, entre los que podemos recordar al gran Lucio Anneo Séneca (Córdoba, 4 a.C. - 65 d.C) fue su hijo. Recibió esmerada educación en Roma donde poste-riormente ejerció, con discutible suerte, cargos importantes en la corte. Claudio lo desterró a Córcega; Agripina le encargó la educación de Nerón. A raíz de una supuesta conspi-ración, éste le ordenó darse muerte, lo que hizo con gran tranquilidad, abriéndose las venas. Escribió tragedias: Medea, Edipo, Hipólito, Troyanas entre otras. En algunos versos de Medea se ha visto alusión profética al descubrimiento de América:

Venient annis saecula seris, Vendrán siglos en los años remotos
quibus Oceanus vincula rerum en los cuales el océano ensanche las ataduras de las cosas
laxet, et ingens pateat tellus
Tethysque novos detegat orbes, y una tierra enorme se manifieste
y la diosa Tetis descubra nuevos mundos
nec sit terris ultima Thule. Y no será (la isla) Tule la última de la tierra. El poeta, autor de la Farsalia, M. Anneo Lucano nacido igualmente en Córdoba, (39-65), era sobrino de Séneca. Radicado en Roma, vivió algún tiempo en Atenas.

Uno de los más notables poetas latinos fue Marcial. Nació en Bilbilis, Calatayud (42-104). Profundo conocedor de la sociedad romana proyectó esa experiencia en sus Epi-gramas, incisivos e ingeniosos, que le valieron el reconocimiento del Emperador Domiciano quien le concedió el título de Tribuno Militar.

El retórico, según Marcial "honra de la toga romana", Marco Fabio Quintiliano, educador de vocación y de profesión, fue oriundo de Calahorra (36-96); cursó estudios en Roma; famoso orador, abrió una escuela de Retórica que alcanzó gran fama. Fue el primer rhetor latino que cobró sueldo del Estado. Los emperadores desde Vespassiano a Trajano lo tuvieron en alta estima y lo colmaron de honores. Escribió doce libros titulados Institución oratoria. Traza un programa completo y detallado de instrucción y educación para la formación de un orador.
Lo define como vir bonus dicendi peritus (hombre bueno, experto en el bien hablar), por cuanto considera que no se puede separar la elocuencia de la moral.

El papa San Dámaso fue también de origen español, nació hacia el año 304. Era el hijo menor de una familia que llamaba la atención por su piedad. El muchacho se inició en la lectura de la Sagrada Escritura, los textos litúrgicos y las actas de los mártires. Desde muy joven se sintió atraído por la vida religiosa; fue incardinado en Roma y sirvió fielmente al papa Liberio, hasta ser desterrado con él, como su diácono. Fue elegido en momentos muy difíciles, obispo de Roma, Papa, el año 367. Ocupó la sede hasta su muerte ocurrida el 11 de diciembre del año 384. Realizó frecuentes sínodos contra los cismáticos y herejes; lo que le valió ser llamado diamante de la fe. Encomendó a san Jerónimo la traducción latina de la Sagrada Escritura, versión que se conoce como la Vulgata.

Aurelio Prudencio Clemente nació en Zaragoza en el 348; se ignora con certeza la fecha de su muerte. Es el poeta latino cristiano de mayor renombre. Sus primeras poesías de carácter religioso, aparecen reunidas con el título Liber Cathemerinon Su estilo tiende a la descripción y al simbolismo como se advierte en la admirable alegoría titulada Psychomachia que nos habla del combate del alma con los defectos y vicios, sus enemigos.

Prima petit campum dubia sub sorte duelli
Pugnatura Fides agresti turbida cultu,
Nuda umeros, intonsa comas, exerta lacertos;
Namque repentinus laudis calor ad noua feruens
Proelia nec telis meminit nec tegmine cingi,
Prouocat insani fragenda pericula belli,
Ecce lacessentem conlatis uiribus audet
Prima feriere Fidem ueterum Cultura deorum.
Illa hostile caput phalerataque tempora uittis
Altior insurgens labefactat, et ora cruore
De pecudum satiata solo adplicat, et pede calcat
Elisos in morte oculos, animamque malignam
Fracta intercepti commercia gutturis artant,
Difficilemque obitum suspiria longa fatigant.
Exultat uictrix legio, quam mille coactam
Martyribus regina Fides animarat in hostem.
Nunca fortes socios parta pro laude coronat
Floribus, ardentique iubet uestirier ostro. La primera que se lanzó al combate, es la Fe, de vestido rústico, espaldas y brazos desnudos, intonsa la cabellera, fuerte el brazo musculoso; y con repentino ardor para librar nuevos combates, no recuerda armarse, llena de confianza, arrostra los peligros del combate y la Cultura de los dioses antiguos (Idolatría) es la primera que hiere a la Fe.
La que, alzándose con toda su altura, asesta en la cabeza adornada con cintas, tal golpe que da con ella en el suelo, sus ojos a la muerte y de su garganta apretada, su alma maligna, escapa en suspiros ahogados.
Exulta la victoriosa legión de mártires cuya reina, la Fe había incitado contra el enemigo. Ahora corona de flores a sus valientes compañeros conforme la gloria que cada uno conquistó. San Isidoro de Sevilla (570? - 636), la figura más importante de la España visigoda. Obispo de Sevilla de conocimientos enciclopédicos, reunió en sus Etimologías el saber medieval.

3.2 EVOLUCIÓN DE LA LENGUA LATINA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Debemos reconocer que es una característica propia de las lenguas el cambio, la evolución. El latín, en la edad de oro de las letras latinas, quedó morfosintácticamente fijado por lo escritores Virgilio, Horacio, Ovidio. No fue este latín clásico el que los legionarios y colonos romanos trasmitieron a los habitantes de los territorios conquistados. Fue el latín hablado o sermo vulgaris, la lengua familiar, propia de la conversación diaria. El apren-dizaje de la lengua fue de oídas y continuó en un proceso de evolución que se traducirá en diferenciación lingüística en las diversas regiones de la Romania.

Desde muy temprano, por ejemplo, en el latín hablado se perdió la cantidad vocálica cuantitativa (vocales largas y breves), propia del latín clásico y que los poetas habían traba-jado para la eufonía de sus poemas, y se convirtió en cualitativa, de timbre sonoro distin-guiendo vocales abiertas y cerradas conforme el siguiente cuadro:

En cada región conquistada por los romanos se habló una modalidad de latín diferente y la diferenciación se acentuó cada vez más a la vez que se debilitaba la romanización por diversas razones:
± porque las dificultades para viajar de una a otra región eran múltiples y los pueblos vivían aislados, sin comunicarse con los vecinos.
± porque el pueblo y el idioma hablado por los habitantes de la región dominada eran culturalmente superiores, por ejemplo, Grecia;
± porque una nueva potencia invasora, fuerte y persistente impone su lengua y su cultura: norte de África, Asia Menor son sometidos por los árabes y la Península balcánica por los eslavos;
± porque la romanización no es lo suficientemente intensa y, tras desaparecer el dominio político, las lenguas indígenas recobran su importancia: Germania y Britania.

Estrabón, geógrafo del siglo I a.C., nos informa que, a la llegada de los romanos, en la Península Ibérica se empleaba gran variedad de lenguas y alfabetos.
Efectivamente, el estudio de las inscripciones ibéricas revela la existencia de por lo menos tres alfabetos diversos, con influencias griegas y púnicas; la colonización romana dio unidad a esta variedad al imponer su alfabeto latino juntamente con su lengua. Sin embargo, la zona vasco-cantábrica ofreció mucha resistencia a la romanización, de allí que en esta región, sus habitantes conservan su lenguaje prerromano hasta el día de hoy, el euskaro o vascuence.

Sobre este sustrato ibérico, repetimos, se impuso el latín de los conquistadores, no el latín clásico, sino el sermo vulgaris, hablado por el bajo pueblo que conformaba las legiones romanas. Pese a la fuerte romanización del resto de la península, se incorporaron a la lengua romana ciertos fenómenos léxicos, morfológicos y fonéticos que contribuyeron a diferenciar la lengua hablada en la Península de la del resto de la Romania:

Algunos nombres geográficos: España, Tarsis, Jalón, Tudela, de personas: Javier, Elvira, Echeberri (Casa nueva), etc. y algunos nombres comunes: páramo, vega, nava, iz-quierda, manteca, etc.

Algunos sufijos -rra, -rro: becerro, pizarra, barro, guijarro, y tal vez -eco, -ego, -ico: muñeco, acerico. Al parecer el sistema fonético de las lenguas prerrománicas poseía articu-laciones no existentes en el latín .De allí que muchas veces encontremos testimonio de esta dificultad: Pomponio Mela, aunque español decía: "Existen algunos pueblos y ríos de los cántabros, cuyos nombres no pueden ser pronunciados con nuestra boca". Séneca, igual-mente español, refiere que quedó "sorprendido en Córcega al oír allí, entre los indígenas, palabras propias de los cántabros". En verdad no podemos pensar que sólo el influjo fonético de las lenguas indígenas determinó la diferenciación. A ello contribuyó también la mayor o menor penetración lin-güística y cultural de Roma, por otra parte, el sermo rusticus como se denomina al habla de los legionarios y comerciantes que colonizaron las diferentes zonas conquistadas -no todos latinos, sino muchas veces procedentes de otras provincias conquistadas con anterioridad, ofrecía formas diversas según la zona de donde provenían ellos mismos y la época en la que habían recibido el latín y sobre todo la condiciones históricas posteriores a la romanización, con las invasiones germánicas.

Algo similar a lo que aconteció en España que tras la romanización soporta además de la invasión de los pueblos germanos, la musulmana, ocurrió en las otras regiones colonizadas por los romanos.
Es así como hacia el siglo X los habitantes de unas regiones no se entendían ya con los de otras, aunque se conservó el latín como la lengua propia de las ceremonias religiosas, y también en la que se escribían los documentos oficiales.

El mundo neolatino con posterioridad a las invasiones germánicas podría dividirse en cuatro grandes territorios cada uno con su propia historia de la evolución de la lengua latina: el ibérico, el galo o francés, el itálico y el dácico. Las actuales lenguas romances son: castellano, gallego, portugués, catalán, ladino, lemosín francés, provenzal, italiano, retorromano, dálmata, rumano. Siguen evolución diferente y cada una de ellas desarrolla su propia gramática diacrónica que se inicia a partir de sus primeros documentos escritos, algunos de carácter político como el Juramento de Estrasburgo, otros de carácter literario como las jarchas, o de tipo religioso, Glosas silenses y emilianenses.

Seguramente has escuchado el canto gregoriano de los monjes de Silos. Es un monasterio benedictino medieval que, juntamente con el de San Millán de la Cogolla conservó los primeros textos lingüísticos del español del siglo X. Los primeros textos literarios propiamente tales, son de los siglos XI y XII: las jarchas y el Poema del Cid. Ahora nos referimos a los primeros textos lingüísticos.

Una oración es el primer vagido de la lengua castellana. Se trata de glosas, es decir anotaciones explicatorias al margen de un texto latino, son comentarios en lengua caste-llana al texto latino. Por haber sido encontradas unas en el monasterio de Silo, en La Rioja y otra en el de San Millán o Emiliano, se las conoce como Glosas Silenses y Glosas Emilianenses. El códice de las Glosas Silenses actualmente se encuentra en el Museo Británico de Londres, el de las Glosas Emilianenses en la Academia de la Historia de Madrid. Su letra es visigótica, contiene numerosas siglas o abreviaturas lo que dificulta su lectura e interpretación. La paleografía es la ciencia que estudia los manuscritos.

Uno de los textos de las Glosas Emilianenses, que contiene sermones u homilías sobre la vida religiosa, dice, en una homilía de San Agustin: "Impiere posse quod dicimus adjubante dómino nostro Jhesu Christo cui est honor et imperium cum patre et spiritu sancto in saecula saeculorum. Amen" Homelia Sancti Agustini Episcopi. Al margen, combinando con palabras del dialecto hablado en la región, se escribió en el siglo X: Con o ajutorio de nuestro duenno Salbatore qual duenno get ena honore e qual duenno tienet ella mandatione con o patre con o spiritu sancto en os sieculos de los sieculos. Facanos Deus omnipotes tal serbicio fere ke denante ella sua face gaudioso segamus. Amén.
En estos textos podemos comprobar cómo funcionan las leyes de evolución que caracteriza el paso del latín al castellano: diptongación de la o tónica latina: nuestro, duenno; get ofrece una curiosa característica, propia del castellano: frecuentemente se confudieron los fonemas sibilantes representados por grafemas /g/, /j/, /x/ con los sordos o sonoros, representados por /s/; así saponem> jabón, collecta> cogecha> cosecha y el pronombre dativo ge> se. En este estadio primitivo aun no se produce el cambio determinado por la yod: se conservan mandationes (> mandato) y gaudioso> gozoso

Se introducen los artículos o, ella, las preposiciones, de, en, con, para señalar las funciones gramaticales en lugar de declinar las palabras. Se conservan palabras propias del lenguaje religioso cultual: ajutorio, mandatione, spiritu sancto, sieculos, Deus, gaudioso. Se observa vacilación en la determinación del género de los sustantivos: la honor, y en la corcondancia del número: gaudioso, omnipotentes. Es curioso descubrir que se empleó en esta primera etapa la contracción ena, en la, posteriormente perdida.

Un esquema nos sintetiza la evolución de la lengua castellana y de la literatura que en ella se cultiva durante la Baja Edad Media.

900 1000 1100 1200 1300 1400
Glosas silenses y emilianenses Castellano de Toledo, lengua oficial de Castilla
Poesía popular
Jarchas
(zéjel)
Mester de juglaría (tirada)

Poema del Cid

Romances
(romance)

Mester de clerecía (cuaderna vía)
Gonzalo de Berceo Juan Ruiz

Literatura cortesana
Alfonso X el Sabio
Rey don Dionís Don Juan Manuel Jorge Manrique
J. de Mena
Santillana

En el siglo XII se rompe oficialmente la unidad lingüística de lo que era el Imperio romano. En Francia se impone como lengua oficial el dialecto del norte, langue d'oïl. En Italia se reconoce como lengua italiana aquel dialecto en que Dante había compuesto la Divina Comedia. ¡Tanta era la excelencia que se le reconoció a la obra del florentino!

A través de estos textos sigamos la evolución del castellano en la Península Ibérica. Te recomendamos prestar atención a la morfosintaxis, a la fonética a las grafías y al voca-bulario. Hemos escogido no sólo diversos estilos, sino también diversas formas métricas utilizadas en la Edad Media. 3.3 ILUSTRACIÓN LITERARIA
Empezamos con un ejemplo en dialecto mozárabe, ladino, propio de la zona domi-nada por los musulmanes. Las composiciones elegidas son de un judío sefardita.

JARCHAS: de Jehudá Ha - Levi (Siglo XI)

I
Ven, cidi, veni Ven, señor mío, ven
el querer es tanto bieni ¡el querer es tan gran bien
d'est al -zameni de este tiempo
con fyliod d'Ibn al-Day yeni. con el hijo de Ibn al- Day yen

III
Des cuand mio Cidiello vienid Cuando mío Cidiello viene,
¡tan buona albichara! ¡qué buenas albricias!
Com rayo de sol exid Como un rayo de sol sale
en Wadalachyara.
IX

Vaise mio corayon de mib; Se va de mí mi corazón,
ya Rab, ¿si se me tornarad? ¡oh Señor!, ¿acaso tornará?
¡tan mal mio doler li-l-habib! ¡Es tan grave mi dolor por el amigo!
Enfermo yed ¿cuánd sanarad? Está enfermo, ¿cuándo sanará?

TIRADA: del Poema de mío Cid. (compuesto hacia 1140; siglo XII)

De los sos ojos tan fuertemientre llorando
tornaba la cabeza y estábalos catando. Vio puertas abiertas e uzos sin cañados, (y puertas sin candados)
alcándaras vázias, sin pielles e sin mantos (perchas )
e sin falcones e sin adtores mudados.
Sospiró mío Cid, ca mucho avié grandes cuidados. (halcones y azores)
Fabló mío Cid bien e tan mesurado:
"grado a ti, señor padre, que estás en alto!
Esto me an buolto míos enemigos malos." (querido, urdido, tramado)
CUADERNA VÍA: Libro de Alexandre. (Siglo XIII)

Señores, si queredes mi servicio prender
querríavos de grado servir de mi mester,
debe de lo que sabe hombre largo seer
si non podria en culpa e en yerro caer.
Mester traigo fermoso, non es de juglaría,
Mester es sin pecado ca es de clerecía
fablar curso rimado por la cuaderna vía,
a sílabas contadas que es gran maestría.
Según que yo entiendo quien lo quisier saber
habrá de mí solaz, en cabo gran placer,
aprendrá buenas gestas que sepa retraer,
haberlo han por ello muchos a conocer.

ZÉJEL: del Libro de Buen Amor, Juan Ruiz, Arcipreste de Hita (Siglo XIV). Mis ojos non verán luz
Pues perdido he a Cruz.
¿Cruz? ¡cruzada! Panadera
tomé por entendedera:
tomé senda por carrera
como haz el andaluz
Cuidando que la avría
díxelo a Ferrand García,
que troxiés la pletesía
e fuesse pleités e duz
dixom que l'plazié de grado;
fizós' de la Cruz privado:
a mí dio rumiar salvado,
él comió el pan más duz;
prometiól' por mi consejo
trigo que tenía añejo,
e presentól' un conejo
el traidor, falso, marfuz.
¡Dios confonda mensajero
tan presto e tan ligero!
¡Non medre Dios conejero
que la caza assí aduz!.

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