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Maria Luisa Bombal: La Amortajada

La relación entre Ana María y Ricardo

Ana María y Ricardo tienen una larga historia marcada por sentimientos muy complejos y en muchos aspectos contrastantes. Ana María es atraída por la fragilidad de Ricardo, pero es su fuerte abrazo y dominancia que la seducen y resultan en relaciones sexuales entre ambos jóvenes. Ana María siente emociones superficiales hacia su primo Ricardo, pero pasa toda su vida amando al padre de su hijo no nacido quien la abandonó cuando más le necesitaba. Quizás era precisamente ese abandono que en los ojos de Ana María convirtió Ricardo en un sueño no cumplido, un hombre tan inalcanzable y por eso tan deseado. Hay una frase esencial en la novela que demuestra lo potente y desastroso que el rechazo es para Ana Maria. “…comprendí que desde el momento en que me echaste el brazo al talle me asaltó el temor que ahora sentía, el temor de que dejara de oprimirme tu abrazo.” A pesar del sufrimiento profundo que la pérdida de Ricardo le causó, ella nunca llegó a odiarle. Durante su último encuentro con Ricardo la amortajada aprende que siempre se han amado uno al otro y este conocimiento crea la primera resolución de su vida. Su muerte también es el tiempo en el cual encuentra la sensación alrededor de cual giraba su mundo, la de no ser dominada por los hombres, sino adorada por ellos. Esto ocurre cuando cuatro de los hombres más importantes, incluyendo Ricardo, apoyan su ataúd. “Y le es infinitamente dulce sentirse así transportada, con las manos en el pecho, como algo muy frágil, muy querido.”

La relación entre Ana María y Fernando

Aunque Fernando juega un papel en la novela más o menos marginado, la relación entre Ana María y él es imprescindible para el entendimiento de la importancia de la afección para Ana María. Fernando suplementa a los padres de Ana Maria, a Ricardo y a Antonio en el sentido de que Fernando la ama, desea, admira y nunca la abandona. Pese a todo eso, Ana María no es capaz de devolver el amor a Fernando, pero tampoco es capaz de vivir sin su amor por ella. En un instante cuando Fernando se va sin despedirse de ella insinuando que también su presencia en su vida no es tan segura como ella pensaba, Ana María no puede soportar la idea de perderle y dice “para sentirme vivir, necesité desde entonces a mi lado ese sufrimiento tuyo.” Esto demuestra lo egoísta y cruel que Ana María llego a ser a causa de los numeroso rechazos. Por el otro lado, Fernando también abandonado por su mujer muerta, admite sus propias faltas diciendo “me sabías egoísta, ¿verdad? Pero no sabías hasta donde pudo llegar mi egoísmo. Tal vez desee tu muerte, Ana María.” Fernando no le ofrecía el amor incondicional que ella tanto necesitaba, sino “se alimentaba de su rabia o de su tristeza”. Es obvio que la relación entre dos egoístas solo puede ser muy desequilibrada, pero la de Fernando y Ana María se convirtió en un maltrato mutuo y era perjudicial a ambos.

La relación entre Ana María y Antonio

El principio de la relación entre Ana María y Antonio predica complicaciones y desilusiones para ambos. Ya desde el arreglo de su matrimonio los dos son fundamentalmente desiguales. Antonio es apasionado, rico, enamorado y sobre todo en control de la situación cuando consigue casarse con Ana María, mientras ella tiene un carácter lóbrego y pensativo, es todavía enamorada de Ricardo, atrapada y entregada a Antonio. Aunque Antonio la trata con mucho respeto y cariño, Ana María es infeliz y decide irse de él lo que es un golpe muy fuerte a un hombre tan orgulloso y enamorado como Antonio. Para protegerse, él se construye un muro de indiferencia y Ana María, al ver que perdió otro hombre en su vida, quiere avivar los sentimientos de Antonio por ella, pero nunca lo alcanza. El resultado es que ella se retrata a su propia fortaleza creada por las piedras simbólicamente tiradas a ella por Antonio.

La relación entre Ana María y Antonio también puede describirse metafóricamente como la de un hombre y su sombra. Cuando el hombre se acerca a su sombra, ésta se huye de él, pero cuando el hombre se va en una dirección opuesta, la sombra le sigue. Ana María le rechazaba a Antonio cuando él le mostraba afección, pero al sentir su indiferencia, ella hacía todo lo posible para acercarse a él. Ana María, consciente de esta paradoja, dice “¿Por qué, por qué la naturaleza de la mujer ha de ser tal que tenga que ser siempre un hombre el eje de su vida?”

Ana María y la naturaleza

La naturaleza juega un papel esencial en la vida de Ana María acompañándola desde su infancia hasta después de su muerte y posiblemente hasta la infinidad. En las mente de la amortajada los personajes desfilan, las emociones alteran, pensamientos saltan, pero la naturaleza es un elemento fijo, siempre presente y siempre ofreciendo el consuelo, todas siendo las características que evocan a Dios. La conexión de Ana María con la naturaleza y su fascinación con ella empiezan con la asociación con Ricardo y los caballos, bosques, bueyes, el trigo y los murciélagos que son estrechamente vinculados a los momentos más importantes de la vida de Ana María. Por ejemplo, la lluvia acompaña su primer contacto sexual con Ricardo, su abandono por Ricardo y su último encuentro con él cuando está en el ataúd. El mundo natural percibido por Ana María es tan místico y espiritual que a veces se mezcla con el mundo sobrenatural. Este sentido de entrelazo de los dos mundos se extiende a la unión del mundo de los vivos con él de los muertos. Ana María captura y describe el estado semiconsciente e intercalado entre el sueño y la realidad y entre la existencia y la inexistencia mediante la imagen de los “ojos entreabiertos”. Esta unión alcanza su punto máximo con la desaparición completa de las fronteras entre ambos estados y Ana María es la naturaleza y la naturaleza es Ana María. Hay una profundo impresión de paz, orden y de un equilibrio absoluto.

La estructura narrativa

La Amortajada es una obra muy lírica y poética que emplea muchos rasgos del cubismo, surrealismo y creacionismo contemporáneos. Hay un nivel muy alto de abstracción, sensualidad y el punto del enfoque es la mente de la autora. Las ideas fluyen libremente y hay un sentido de autonomía tanto de los personajes como de la naturaleza y aun parece como si todos vivieran sin límites y reglas y el papel de la autora no es crear, sino solamente capturar la vida independiente de sus propios personajes.

La voz narrativa en La Amortajada es un elemento crítico para la comprensión y análisis de la obra. Aunque se trata de las memorias de una mujer, no hay una exclusiva perspectiva o persona narrativa. Tampoco hay un narrador omnisciente, pero la voz se les da a varios personajes aparte de la protagonista principal. Un elemento que sirve como el punto de fusión de todos los puntos de vista es la visión universal de una mujer latinoamericana cuya vida exterior es limitada por los hombres, pero cuyo mundo interior es una infinita gama de colores, sonidos, olores, sensaciones y emociones.


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