En la Península Ibérica podemos observar que la literatura adquiere caracteres propios y muy definidos de acuerdo con la época, el espacio -y por ende- con el público hacia el cual estaba dirigida, como mensaje, la creación literaria.
La primera manifestación poética la constituyeron las creaciones de los juglares, cantores populares que recorrían los pueblos llevando las noticias a través de sus cantares. Habiendo descubierto, los clérigos, cuán buenos difusores del mensaje eran estos poetas, empezaron, en la soledad de su celda escribir poemas en lengua vulgar, a fin de que fueran cantados en las plazas y difundir así una enseñanza moral o religiosa. Aunque también el saber trovar era un arte que les podía significar una remuneración más o menos valiosa y grata, a la vez que un modo de divertirse, exponiendo un pensamiento divergente. Para los nobles que vivían en sus cortes, la poesía no cumplía una función didáctica: era un excelente vehículo para analizar y expresar sus sentimientos.
Podemos distinguir y caracterizar un hacer poético propio de los juglares, destinado a ser difundido en la plaza, el mester de juglaría, otro propio de los clérigos que se realiza en la Biblioteca del convento para ser difundido en la plaza, mester de clerecía, una creación rebelde, disidente, muchas veces improvisada en la taberna, propia de los goliardos y una poesía cortesana, cultivada en palacio y de acuerdo con cánones más o menos rígidos.
1 LOS JUGLARES (LA PLAZA)
Paulatinamente, durante la decadencia del Imperio Romano, el gran teatro heredado de los griegos, fue cediendo paso ante la preferencia romana por el Circo. Los actores trágicos y cómicos fueron reemplazados por los mimos, los histriones, los 'thymelici' que con sus gestos, muchas veces procaces, hacían reír a los espectadores. No sólo actuaron en el circo. También hacían reír en las plazas, en las calles y en las casas. Probablemente sean los necesarios antecedentes para un tipo de juglar medieval. "Tenemos, referente al siglo VI, noticia de un muchacho mimo del rey suevo de Galicia, Mirón, que por una burla irrespetuosa para con San Martín recibió un castigo del cielo; y este mimo acaso más que artes literarias, ejercía las de mero truhán o bufón: 'erat enim mimus regis, qui ei per verba joculatoria laetitiam erat solitus excitare'. Tales 'verba joculatoria' serían dichos de bufón, como la burla castigada por el cielo.
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Literatura española medieval
Dátum pridania: | 09.08.2005 | Oznámkuj: | 12345 |
Autor referátu: | fernando | ||
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Priemerná známka: | 2.96 | Rýchle čítanie: | 16m 10s |
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